Libro: El Guión, nº 10, 1ª época
Cuaresma 1995
Hoy, Miguel Flores Martín, después de algo más de dos
décadas, deja su responsabilidad como Hermanos Mayor de su cofradía tras
marcar, su distinguidísima huella en el cargo que durante 22 años ha venido desempeñando en pro de la grandeza conquistada del Viernes Santo, no exenta de
esfuerzos, alimentados por un cúmulo de ilusiones compartidas con los hermanos
de esa popularísima cofradía.
Sabemos que a nuestro protagonista, jamás le supondrá la
dejación del cargo, una lejanía de la vida interna de Hermandad, Miguel Flores
es un cofrade enamorado, su virtud nace precisamente de su generosa entrega a
los fines propuestos. No es por tanto una retirada, es una toma de oxigeno, que
hará renovar el entusiasmo nunca perdido. Es por lo que Miguel Flores, pasa
de primer hermano, a hacerse penitente
bajo peana de base para ofrendar perpetuamente su espíritu cofrade a la que él
llama “LA MADRE” , María Stma. de la Caridad.
Miguel Flores, aparcando su sueño adormecido en los años
1972/1973, inicio y puesta en marcha por el suelo desnudo de Vélez-Málaga, en
lo que fue el primer Viernes Santo de Caridad, ha acometido desde su cargo de
Hermano Mayor, lo que puede llamarse misión y obra de un cofrade de la creación
de una de la muy dignísima Hermandad hasta ver culminada su obra, con el anhelo
que venía soñando en los últimos años, la compañía para MARIA en la
representación de la Pasión de Cristo según los Evangelios, la del STMO. CRISTO
DEL AMOR EN SU SAGRADO DESCENDIMEINTO, padrinos de bendición que fueron Miguel
Flores y su distinguida señora Dña. Piedad Zayas Sánchez, ante la impresionante
talla de la imaginería señera de Don Manuel Hernández León.
Puede decirse pues, que Miguel Flores ha contribuido no solo
a engrandecer conjuntamente con su hermanos de hermandad, el día de la
sobriedad y solemnidad patente del Viernes Santo, sino que a través de sus
propios impulsos arropados siempre de ilusiones, han depositado en la geografía de la urbe veleña,
el rezo que alimenta la Semana Santa de la localidad.
Bien ganada su popularidad por su facilidad de trato en la
amistad, por sus altos conocimientos cofrades, por su sencillez, por sus
componentes humanos, por su enorme corazón, y por tantas razones que nos hacen
sentirnos complacientes a su lado, Miguel Flores merece por propios méritos el
ser traído a las página de este GUION, para que en justa constancia, anotemos
que un extraordinario Hermanos Mayor ha considerado por su sobresaliente
inteligencia, dar paso a una juventud que de aun más si es posible, nuevos
empujes, sabedores que todo es nada para su Sagrados Titulares.
Hablar con este nazareno de “morao y grana” tiene sus
riesgos, puede contagiarnos de su fuerte entusiasmo, y sobre manera, el fervor
desmedido que siente por su Semana Santa. Nos la introduce por las venas en
exposición verbal. Se alcanza la tensión alta cuando de la que es su MADRE,
Virgen de la CARIDAD, nos describe con detallado ajuste de amor su verdadera
pasión por Ella, y de la realidad que es ya, el de su Stmo. Cristo del Amor en
su Sagrado Descendimiento, que parece ser añeja su devoción sin estar aun
completado el misterio.
Recuerdos junto a Francisco García Ciruelo (El Chico). Plaza
de las Indias. Juventud. Los Frailes. Calle Las Tiendas. Plaza de España. Calle
San Francisco. Amistades. Cofrades. Chamonix. Son los recuerdos que este ex
hermano Mayor retiene no solo en su mente, sino en la retina de sus ojos.
Vinieron épocas buenas y no tantas. Sabores y sinsabores. Y supo estar en cada
momento a la altura que correspondía a la ocasión.
Su memoria navega entre Hermanos Mayores que presidieron sus
correspondientes cofradías, Presidentes de Agrupación, de nuevo siempre los
frailes, con emocionada atención al Padre Dionisio. La primera salida. El paso
de niño a hombre. Casetas de ferias. Rifas. Primitivas. Excursiones. Rosario de
la Aurora por septiembre. Restauración de la Virgen por Don Pedro Pérez
Hidalgo. El trono y su restauración por Luis Jiménez. Palio bordado en oro por
Don Francisco García Serrano. Los nazarenos de faroles de mano. Horquilleros de silencio de cartujos. Banda
de cornetas y tambores. Como puede observarse nuestro Miguel Flores tiene
argumentos inagotables se sentires que no solo a él hace vibrar, sino que
transmite con su gestos y sus palabras.
Y dicho esto, solo puedo decir con esta sencillez de
aspirante a ser cofrade, en expresión exacta, que el protagonista de mi
crónica, no en vano ha destinado parte de su vida a su cofradía y a la Semana
Santa veleña, por eso todos debemos estarle agradecidos, hombre de esta valía
nos debemos a su consideración personal.
Gracias, Miguel, por entregarte a lo que todos queremos,
gracias te seguiremos dando, porque desde tu condición de hermano menor ahora,
será para todos nosotros el mayor que ha sabido llevar con autentico sentido de
Hermandad la Cofradía que representa su Sagrada Titular de la que tanta
añoranza tenemos. Gracias en definitiva, por ser un autentico COFRADE.
Fermín Domínguez
Cabello